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Los comienzos de la administración científica, marcaron el camino de la racionalidad metodológica a finales del siglo diecisiete. La revolución industrial se alimentó, de un enfoque que debía responder a la nueva demanda de la sociedad de consumidores. Taylor y Fayol, se encargaron de la tarea. La industria vivió transformaciones en consonancia con los cambios de una sociedad que se orientaba de manera desenfrenada al nuevo siglo. El mundo avanzaba de la mano de intelectuales de la talla de Isaac Newton, Charles Darwin y Víctor Hugo, entre otros. 

La búsqueda de la eficiencia en los procesos, abordaron las mentes empresariales. Nuevos conceptos vinculados a la teoría de sistemas y las relaciones psicosociales, tomaron de inmediato el protagonismo en los escenarios de la incipiente administración que asomaba sus luces, ante el espectáculo de una nueva sociedad que nos abrumaría al final, de tecnología y demanda de conocimiento.

No obstante, la dinámica envolvente de una realidad con creciente cinética e incertidumbre, orientó a la ciencia en este siglo, hacia un horizonte, donde nacía la necesidad de comprensión de la complejidad y el entendimiento de un sustento conceptual de naturaleza transdisciplinaria. 

De allí. Indudablemente la Gerencia Científica. Una nueva realidad en gerencia. Sustentada en la racionalidad de una lógica transcompleja; la cual se sustenta en el conocimiento científico, y que orienta como faro direccional, la atención funcional y operacional de un nuevo concepto en términos de conocimiento aplicado en gerencia.

Gerencia Científica Ltd.